Su gusto por los animales y su amor hacia la pequeña mascota “Gordita” una perrita rescatada raza french poodle las unió, las convirtió en amigas y luego novias.
Astrid y Kennia se conocían desde la secundaria y hoy, después de siete años de relación, el oficial del Registro Civil de Huajuapan de León Alberto Montes Mendoza le dio certeza jurídica a su unión, a través del matrimonio igualitario y aunque la “Gordita” ya murió, fue parte de la celebración.
Kennia Leisly Ambrosio González de 27 años y Astrid Ramírez González de 28, ambas comerciantes de comida, originarias de dicha municipalidad, se dieron el sí, felices y realizadas.
Aunque viven juntas desde hace algunos años, necesitaban darle seguridad legal a su unión a través del matrimonio igualitario. En Oaxaca el matrimonio entre personas del mismo sexo fue aprobado por el Poder Legislativo el 28 de marzo de 2019.
Kennia con su vestido rosa pastel y Astrid con un traje sastre del mismo tono, intercambiaron anillos y sonrisas, entre aplausos de sus familiares y amigos en un salón adornado con motivos que hacían alusión a la presencia de la angelita perruna en sus vidas, en las invitaciones, en los centros de mesa, en el pastel.
El oficial del Registro Civil de la segunda oficialía de Huajuapan de León, las felicitó por darle certeza jurídica a su unión y les recordó que, en el Gobierno de Salomón Jara Cruz, se combate la desigualdad y la discriminación para lograr la reparación histórica de los pueblos, con respeto a la diversidad, la pluralidad y a los derechos humanos.
“Esta unión también es el compromiso de erradicar la discriminación y la violencia de género en todos los aspectos de nuestra sociedad. Ahora en una sociedad igualitaria, se busca que la ciudadanía adquiera por igual los derechos, obligaciones y prerrogativas que la ley les otorga como consecuencia de este acto”.
Reiteró que como matrimonio tienen la responsabilidad de construir un hogar en el que encuentren refugio, calidez, comprensión, igualdad y amor. Las exhortó a respetarse y a cuidar del amor que hoy las une voluntariamente.
El trayecto para llegar a esta meta no fue fácil, pues ambas tuvieron que enfrentar la presión familiar para defender su orientación sexual y luchar contra los marcados roles y estereotipos de género, incluso enfrentando consultas psicológicas para “curarse”.
Astrid y Kenia relatan que cuando iniciaron su relación, el 21 de noviembre de 2015, la mantuvieron en secreto, pues ninguna de las dos “había salido del closet”, y aunque ambas desde siempre supieron cuál era su orientación sexual, la presión social las obligó a callar.
Pero hoy, en su boda, todo fue diferente. Invitaron a la celebración a sus familiares y amistades, quienes las acompañaron a formalizar ante la ley su historia de amor.