• lun. Nov 25th, 2024

Arranca programa Paisaje Lingüístico para reivindicar las lenguas originarias de Oaxaca

Como parte del programa Culturas Vivas: Lenguas y Artes que impulsa la actual administración estatal, la Secretaría de las Culturas y Artes arrancó las acciones de Paisaje Lingüístico en diversas comunidades del Istmo de Tehuantepec, a fin de reivindicar la presencia de lenguas originarias en comunidades indígenas del estado.

El secretario de las Culturas y Artes Víctor Cata explicó que Paisaje Lingüístico interviene con imágenes de animales, frutas, del cuerpo humano, frases o palabras en lenguas indígenas las paredes y bardas ubicadas en las principales calles de municipios del Istmo de Tehuantepec, Costa, Sierra Norte, Valles Centrales y Cuenca del Papaloapan, en coordinación con los ayuntamientos. Participan artistas locales.

Lo anterior, toda vez que el proyecto sexenal Culturas Vivas: Lenguas y Artes tiene entre sus propósitos la revitalización de las lenguas originarias, la reactivación de espacios culturales comunitarios y el impulso de las prácticas artísticas y culturales de los pueblos y comunidades.

El funcionario indicó que, a través de este programa, las lenguas «se apoderan» del espacio público, recuperando su presencia en las comunidades, muchas de ellas, históricamente discriminadas por hablar una lengua originaria y obligadas a la castellanización.

La lengua es un elemento importante de cada cultura, es el legado vivo, lo que les da identidad. Oaxaca es el estado con mayor diversidad lingüística del país, sin embargo, derivado de la castellanización, muchas lenguas se colocaron en riesgo al perder a gran número de sus hablantes, apuntó.

En esta primera etapa, se han intervenido las calles de Santiago Astata, con palabras en chontal e imágenes que representan la molienda y los utensilios que se emplean en la elaboración de la tortilla; Juchitán de Zaragoza, con la representación de dos personajes sobre los cuales se nombra en zapoteco las partes del cuerpo humano, y otro mural con frutas que los pueblos indígenas compartieron al mundo.

En San Miguel Chimalapa también se representó en zoque las partes del cuerpo humano; en San Juan Guichicovi, con dibujos de animales y frutos nombrados en ayuuk y en San Mateo del Mar se intervino una pared con una imagen de un pescador en su canoa nombrando cada parte de sus utensilios y los nombres de animales marinos en ombeayiüts.

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